Es probable que hayas experimentado lo que significa una «noche de cervezas»: sales con tus amigos y amigas una noche de Sábado, vas a un bar, te pides unas cervezas... y comienzas el proceso de ir al baño cada dos por tres. O como mínimo, a cada hora. Cuando cogemos otras bebidas, como agua u otros refrescos, no nos entran tantas ganas de orinar, ¿pero porqué con la cerveza sí? Tiene una explicación.
El origen del proceso se encuentra en el hipotálamo. Este es una zona del cerebro que produce una hormona llamada antidiurética (ADH), o también es conocida como arginina vasopresina o argipresina. Esta hormona, como bien indica su nombre, tiene como función ayudar a los riñones a controlar la cantidad de agua que el cuerpo desecha mediante la orina.
A este proceso se le suma directamente relacionado: el que lleva a cabo los riñones. Estos llegan a filtrar hasta 180 litros de líquido al día, pero el agua se reabsorbe y vuelve al torrente sanguíneo, mientras que los residuos se depositan en los riñones. Sin embargo, la capacidad de nuestra vejiga es de 250-300 cm cúbicos, lo que equivale aproximadamente al tamaño de una lata de cerveza.
La razón por la que orinamos mucho más cuando bebemos cerveza (o cualquier otra bebida alcoholica), se debe a que el alcohol inhibe la producción de la hormona ADH. Esto provoca nuestros riñones no controlen bien la cantidad de líquido que debe expulsar por medio de la orina, así que no podemos evitar echar más líquido del que ingerimos.
Más allá de las razones anatómicas que nos lleven a querer orinar más veces cuando bebemos cerveza, hay un ingrediente que contribuye a ello: el lúpulo. Este componente se utiliza para contrarrestar el sabor dulce de la malta y aporta el toque amargo que tanto caracteriza a la bebida dorada. Pues bien, también tiene un importante efecto diurético, así que producirá más ganas de ir al baño.
Este exceso de ganas de ir al baño contribuye también a la deshidratación de la persona que está bebiendo. «Se cree que las bebidas alcohólicas reducen la sed, en especial en verano, pero también es sabido que cuando se bebe la tendencia a orinar aumenta porque el alcohol tiene un efecto diurético. Por ese mismo motivo al día siguiente la persona tiene mucha sed», asegura el endocrinólogo Hugo Arbañil.
Por lo tanto, este exceso de orina finalizará tan pronto como se pasen los efectos del alcohol en nuestro cuerpo y la producción de la hormona antidiurética vuelva a ser la misma. Así que ya sabes, si estás pensando en beber una cerveza esta noche, plantéate optar por el vino, o bien se consecuente y preparate para una noche de pipí.